Según el padre Flores el convento fue fundado en 1597 viniendo monjas clarisas procedente del de dicha orden religiosa en Moguer. Según un protocolo, el Ayuntamiento colaboró con 2000 ducados, siendo la fundadora la Señora Juana Gallego y Ledesma, viuda del noble Señor Alonso Martínez Vaca. El 12 de noviembre de 1597 levanta escritura ante el notario Almonacid, donando la hacienda que había recibido en herencia al convento, donde sería recibida junto a dos parientes.
Fue reedificado el convento y ampliado sucesivamente gracias a las donaciones de devotos: en 1625 y posteriormente en 1743 al quedar heredero de los bienes del canónigo de Sevilla, D. Antonio Fernández Raxo, como reza en una lápida situada en el templo. Finalmente en 1800 fue enterrado también en el cenobio el beneficiado D. José Pérez Yera.
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